mércores, 8 de marzo de 2017

Avenoiteira



Jamás, ma soeur, te he amado tanto
como cuando me fui de ti en aquel crepúsculo.
Me engulló el bosque, el bosque azul, ma soeur,
sobre el que los pálidos astros quedaban para siempre ya al oeste.

No me reí ni lo más mínimo, nada nada, ma soeur,
yo, que jugando me dirigía a mi oscuro destino-
mientras que ya los rostros tras de mí
lentos palidecían en el atardecer del bosque azul.

Todo fue hermoso en aquella tarde única, ma soeur,
y nunca más después; tampoco antes-
claro que sólo me quedaban ya los grandes pájaros
que al atardecer tienen hambre en el oscuro cielo.

Bertolt Brecht



2 comentarios:

  1. Quina obra tan senzilla i bonica! Exacta composició. Ets una dona molt espiritual (que no vol dir religiosa en el sentit convencional). Jo no trobo pas aquesta essència. Una abraçada!

    ResponderEliminar
    Respostas
    1. Solo creo na relixión de seguir o impulso natural das cousas, na solidaridade e na busqueda de libertade.
      Temos aquí de todo, ceo e inferno :) mais alá solo existe o universo en constante evolución.
      Alégrame saudarte, unha grande aperta

      Eliminar